Por El Zubi
Félix Merino Obanos, fue un matador de toros nacido en Valladolid el 25 de febrero de 1894. Sin antecedentes taurinos en su familia, nació en una casa acomodada de industriales ricos, Feliz Merino se sintió desde muy joven inclinado por la profesión de torero y durante años participó incansablemente en esas duras capeas castellanas, destacando siempre entre los demás muchachos por sus habilidades ante el toro. Se viste por primera vez de luces el 19 de abril de 1914 en su ciudad natal, alternando con otro novillero local que apuntaba buenas maneras, Ramón Fernández “Habanero” y Sandalio Corral. Realizó aquel día tan buen papel que repitió actuación el domingo siguiente.
Se presenta en Madrid con picadores el 30 de agosto de 1917 con un gran éxito. Esta plaza se le dio muy bien en estos años, tanto que los empresarios de la Plaza lo apoderan y quieren que tome la alternativa de manos de Joselito. El torero de Gelves se negó en un principio ya que consideraba que Felix Merino estaba aún muy verde para considerarlo maestro. La empresa de Madrid presionó lo indecible a José Gómez “Gallito”, que al final cedió a la petición a regañadientes y el 16 de septiembre de 1917 doctora al vallisoletano actuando como testigo Juan Belmonte. Aquel día se lidiaron toros de la ganadería de Pérez Tabernero. Su actuación pasó con más pena que gloria sobre todo al lado de dos titanes como Joselito y Belmonte.
Los recelos de José Gómez sobre la impericia de Felix Merino estaban más que fundados, pues a partir de esa fecha su estrella comienza a apagarse paulatinamente. Cada año tiene menos contratos y a los pocos años pierde la ilusión y renuncia a la alternativa como matador, para presentarse de nuevo como novillero en Madrid el 27 de mayo de 1926.
El 4 de octubre de 1927 acude a torear a Ubeda (Jaén) en unión de José Iglesias y Sanluqueño, para dar cuenta de una poderosa novillada de la ganadería de José Pereira Palha. En el novillo que abría plaza Merino fue alcanzado por el toro al saltar el torero la barrera, corneándolo de consideración en el muslo derecho, una cornada grande y limpia, sin que el asta del novillo le afectara órganos importantes.
Una vez recibida la primera cura en la enfermería de la Plaza los médicos de Úbeda recomendaron su traslado a Madrid por la noche, al Sanatorio del Perpetuo Socorro. Allí se hizo cargo de sus curas el doctor Segovia, y todo apuntaba a que su curación sería rápida y sin contratiempos. Pero el día 8 de octubre de madrugada, se agravó el estado de salud del torero de Valladolid, de tal manera que en pocas horas y de manera sorpresiva dejó de existir produciéndose la muerte por asistolia.
Felix Merino fue un excelente capoteador, con el capote por la izquierda toreaba magistralmente, que tuvo desde el principio de su carrera por compañía la estrella de la mala suerte y que acabo sus días de manera trágica.
Enhorabuena por el post, me ha gustado mucho.
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