Por Pedro Julio Jiménez Villaseñor
SIEMPRE DECIMOS cuando pensamos asistir a coso alguno, vamos a... ¡los toros!. Pues nosotros venimos llegando de Jesús María, fuimos a... ¡los toros!. Nunca mejor dicha esas palabras, fuimos a ver una corrida de verdaderos toros, los de José Julián Llaguno, seis galanes con las cuatro cualidades requeridas y tan escasas hoy en día, edad, peso, trapío y... casta, casta de la buena, tan lo es así que el quinto burel mereció el honor del arrastre lento. ¡Enhorabuena José Miguel Llaguno!.
EL INICIO del festejo fue dulce-agri, aun se diga a la inversa, agri-dulce, dulce ya que abrió la tarde un toro con toda la barba, con 620 kilos sobre sus lomos, le correspondió a Oscar López Rivera que lució con la capa, al tercer muletazo, cuando confirmábamos ampliamente la bondad del burel salio lo agri, “Padrino”, que así se le bautizo, al girar sobre las patas traseras se atoró la derecha con la arena y el crujido de la fractura nos llegó hasta las gradas, el gozo se fue al pozo y apareció de inmediato el hubiera... si no se hubiera fracturado repetían en los tendido. El exceso de arena en el ruedo y los 620 hicieron lo que les comentamos, nadie en lo absoluto hizo reclamo alguno, se entendió a la perfección que estos accidentes suelen suceder.
EL SEGUNDO espada, Fabián Barba, recibió con una larga rodillas en tierra y cuando bregaba y los montados hacían su labor, inesperadamente López Rivera en el centro del redondel solicitó el cambio de tercio a Paco Olivera, Bombita” que presidía el festejo. No entendíamos el porque de esa actitud y por el callejón se comenzó a correr la voz de que ese toro a él le correspondía ya que quienes manejaban las puertas del camión donde estaban se habían equivocado. Vimos a un Oscar aseado, con cierto sitio pero muy desangelado, sin gustarse, “sin venderse” y su labor fue silenciada en estos consecutivos turnos involuntarios.
CASO CONTRARIO el de Fabián Barba Rivas que nos mostró pasa por buen momento y disfruta lo que hace, si acaso y nos ponemos muy exigentes, es posible le falto dar tandas mas largas, sumando más pases. A la postre cortó un apéndice convirtiéndose en el triunfador del festejo y por la espada se le fue la salida en hombros, hoy llamada como “puerta grande”.
EL COMPROMISO para José Manuel Montes era fuerte, más sabiendo lo poco que torea y hoy desgraciadamente nos lo mostró de una manera de la cual no quisiéramos escribir, José Manuel se fue al sanatorio todo maltrecho y con una cornada de la cual todavía no conocemos la magnitud y gravedad.
El TORO tenía edad y no perdonaba errores, José Manuel dudó dos veces y las dos fue feamente volteado, en la primera le llevaron hasta las tablas completamente desmadejado, ya mas o menos repuesto volvió a la lidia solo para volver a ser cogido feamente, le indicaban sus gentes intentara pegar pases cuando ante las circunstancias lo mas adecuado era dar por terminada la faena tirándose a matar, momento posteriores fue volteado de espantosa manera y de inmediato sus compañeros y monosabios le llevaron a la ambulancia.
CREO ES muy correcto hacer un muy fuerte reclamo con un... A QUIEN CORRESPONDA. La mencionada ambulancia estaba a casi 100 metros de distancia y al caer José Manuel lo hizo de cabeza temiéndose por uno de esos percances de los que deseamos jamás lleguen, el trayecto fue como les cuento, muy largo y de maneras muy peligrosas respecto a sus vértebras. Independiente a esto creo, sin temor a equivocarme, que es una estupidez la lejanía de ese vehiculo y ni pensar que sucedería en caso de una cornada productora de fuerte hemorragia, ya lo hemos visto, caso concreto la tarde que hirieron a Antonio García, “El Chihuahua”, la ambulancia estaba a solo centímetros de la enfermería de la plaza “San Marcos”, Antonio dejó su sangre por donde pasaba y pocos se percataron que la tan citada ambulancia... estaba de reversa, en sentido contrario a donde tenia que salir.
NO CONOCEMOS todavía el parte medico de este joven pero repito han dicho no es de gravedad.
HOY ES la sexta novillada en el añejo coso de San Marcos y veremos al francés “Tomasito”, al capitalino Luís Conrado y al ecuatoriano Juan Francisco Almeida, con novillos de “Mar de Nubes”, allí... Nos Vemos.
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