Por Pedro Julio Jiménez Villaseñor
MÁS QUE todo lo hago por caminar un poco cambiando de rumbos, bastante falta me hace el ejercicio. Asisto poco, una o dos mañanas al mes, a la cafetería ubicada en la calle de Nieto y Matamoros y palabra que ahí se da uno cuenta la mala planeación existente en ciertas dependencias del municipio de la ciudad de Aguascalientes y de la no coordinación con salubridad, esto es incuestionable, un contenedor de basura exactamente frente a la ventana de donde se entiende debe de haber higiene... bueno, eso dicen cuando se solicitan los tardadísimos permisos. Si ya existió un “Café con Aroma de Mujer”, ahora hay un café con mil desagradables aromas, insalubre decisión… Contesto a tres funestas preguntas que me hace don Luís Adalberto Ríos Hinojosa de Jerez, Zacatecas.
¿QUÉ QUIEN fue Inés Olmos?. Pues una mujer que apareció una mañana con un balazo en la cabeza y salido de la pistola que su propia mano operó, guapa, joven y muy enamorada de un novillero mexicano todo valor, que aun con lo incipiente había causado furor en tierras hispanas, a él lo había matado un novillo en Madrid el 12 de julio de 1914, el suicidio de la novia fue a los tres días, el día 15, en plena Alameda de la ciudad de México, no soportó enterarse que a Miguel Freg, “Saltador”, de Contreras, le quitaba la vida. Una tragedia llevó a la otra y así la muerte los unió para siempre.
¿EN LA plaza Monumental Aguascalientes ha fallecido alguien?. No especifica si pregunta por toreros y entonces la contestación es la siguiente... Si, dos personas. Cuando la reconstrucción, remodelación o ampliación del coso, un trabajador de la obra sufrió una caída que le quito la vida de inmediato. Pocos días después una de las enormes grúas que colocaban las gradas ya prefabricadas, se vino abajo con tan mala suerte que fue a dar a los improvisados cuartos donde pernoctaba el guarda-plaza, Pablito, y su señora esposa. Ella desgraciadamente se encontraba ahí haciendo sus quehaceres en esos desafortunados momentos y falleció por los golpes recibidos al caer la pesada maquinaria sobre las provisionales habitaciones, mismas que desaparecieron, hoy la nueva vivienda, ya en toda forma, la habita don Lucio y familia, ellos al hacer de manera correcta su encomienda tienen años de cuidar las instalaciones de la avenida López Mateos.
Y LA tercera duda. En la plaza centenaria, la San Marcos , solo se tiene el registro de una cornada mortal, la del novillero Juan Gallo pero su agonía duro varios días en un centro hospitalario por lo que pues entonces en ninguno de los cosos locales ha muerto torero alguno. Esta usted servido don Luís. Y ya entrados en esta materia.
EN LA plaza México solo ha fallecido, así lo tengo entendido y registrado, solo un torero y no fue por cornada. Se trata de don Mariano Rivera Río quien al dar la vuelta al ruedo acompañando, si mal no lo recuerdo, a José María Martorell, sufrió un infarto fulminante y hasta llegó la vida de este subalterno. Lo del monosabio Rafael Domínguez, “Gamucita”, fue igual a lo de Juan Gallo, la cornada fue en el callejón de la México y falleció en un hospital.
PERO ESTO no es solo cuestión de hombres vestidos de luces, de oro, de plata o de pasamanería, también es de mujeres, en la enfermería del coso mas grande del mundo “se atendió” a una señorita que llegó sin vida a causa de un paro en su triste corazón. El músculo mas grande que tiene el cuerpo humano dejo de trabajar por motivos de la emoción, de la emoción de ver torear a Silverio Pérez Gutiérrez ya que la señorita en cuestión había sido la eterna novia de Carmelo y los recuerdos, el añorar al amor de su vida, le impacto tanto que la hizo perder la existencia. Se dice que “El Faraón de Texcoco” permaneció en el lugar toda la noche al lado del inerte cuerpo de quien pudo ser su cuñada y no se separo de ahí hasta la mañana siguiente que se le traslado a una funeraria.
SANGRE, EMOCIONES, amores, todo producto de una fiesta inmortal... ¡a pesar de todo!... Nos Vemos.