Tras cerca de veinte años en el gabinete de Prensa de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Córdoba, me ha llegado la hora de ceder el relevo.
El tiempo nunca se detiene. Parece que estas cosas no van a llegar nunca y sin embargo, como decía la canción...veinte años no es nada..
Por este motivo se me entrelazan los sentimientos. Por un lado, no cabe duda, la felicidad de poder disponer a partir de ahora de todo el tiempo del mundo. Y por otro la nostalgia de una actividad a la que he dedicado gran parte de mi vida ( 25 años en Diputación y 20 en la Junta). Han sido muchas experiencias con compañeros extraordinarios que me enriquecieron profesional y humanamente.
Me voy con la satisfacción del deber cumplido y sabiendo que he incrementado mi lista de amigos hasta el infinito. Si tener un amigo justifica el vivir, yo necesitaría varias vidas para agradecerte tanta generosidad conmigo.
Se va el profesional pero queda el Ladis de siempre. El compañero optimista que siempre ha estado dispuesto para todo, el que te ha amenizado las esperas en las ruedas de prensa, el que te aprecia y que a pesar de estar curtido en mil batallas, no puede reprimir unas lágrimas de emoción en esta hora deseada, pero que en el fondo no quería que llegara nunca.
Solamente pido a Dios que me de larga vida para poder seguir haciendo lo que mas me gusta: ser fotógrafo. He tenido mucha suerte de poder dedicarme a mi vocación. Mi padre me la inculcó y yo la he disfrutado.
Publiqué mi primera foto en el año 1960, y hoy, cincuenta años después, cada vez que hago una foto disfruto muchísimo y verla publicada me estimula sobremanera. A esto llaman vocación y cariño. Si fuera torero le llamarían afición. Le llamen como le llamen, la realidad es que he sido, y soy, inmensamente feliz con una cámara de fotos en las manos. Seré un romántico. Y eso que me he tenido que adaptar a las nuevas tecnologías. ¡Dios mío, como ha cambiado todo !.
Recuerdo, de joven, como me sentaba en un banco de la estación a esperar el tren que iba a Madrid ( casi siempre venía con enorme retraso) para entregarle al jefe de tren el sobre con las fotografías de fútbol, toros, accidente, etc. de la jornada. Cuando el tren llegaba a Atocha había una persona de la agencia EFE que recogía el envío y entonces procedían a su distribución. Esto puede sonar antediluviano, pero así era la prensa en la época. Ya ves, hoy se aprieta un botón y todo solucionado...Y según avanzamos, el futuro se me antoja mas sorprendente. Pero bueno, eso lo veré tranquilamente, aunque sabes, porque me conoces, que no me retiraré nunca. No me imagino paseando el perro. ¡Que va, que va!. Nací fotógrafo y moriré en el tajo. Pero hasta que eso llegue te deseo lo mejor de la vida.
De los muchísimos consejos que me dio mi padre, los que siempre cumplí a pié de letra fueron dos: ser honrado y buena persona.
Te aseguro que ha sido una inversión que no me ha costado esfuerzo alguno.
Si piensas igual que yo me sentiré muy feliz y gratificado.
Hasta siempre. Un abrazo.
Ladis, fotógrafo.