Por El Zubi
El banderillero y puntillero cordobés, Rafael Bejarano Córdoba, conocido por el apodo taurino de “La Pasera”, nació en Córdoba el 6 de agosto de 1859. Era hijo de otro banderillero, Juan de Dios Bejarano Martínez, hermano de la madre de Rafael Guerra.
“La Pasera” hizo su presentación en Madrid en la cuadrilla de Manuel Fuentes “Bocanegra”, pasando mas tarde a la cuadrilla de ”Lagartijo”. Su tarde trágica fue un 6 de mayo de 1883 en una corrida lidiada en Barcelona, con toros de don Juan Antonio Mazpule. El tercer toro llamado “Garabato”, un retinto claro, salió con gran bravura al redondel. Dicen las crónicas de la época que el toro necesitó tomar al menos ocho varas por parte de los picadores “El Dientes”, “Manolo” y “Matacán”.
“La Pasera” actuaba ese día de “cachetero”. Fue a la salida del caballo, cuando el banderillero cordobés hizo un quite al toro y le echó el capote a “Garabato”. El toro le apretó lo suyo hasta la misma barrera. Vamos que hizo hilo con él. “La Pasera” se dio cuenta del apuro y saltó con decisión la barrea y una vez dentro de ella pensó que estaba seguro y se relajó. Lo que no pudo imaginar es que “Garabato” hizo hilo tras él, y también saltó al callejón, donde logró engancharlo con los pitones y le propinó una gran cornada en la articulación tibiofemoral izquierda calificada minutos más tarde en la enfermería como “cogida gravísima”.
“La Pasera” quedó gravemente herido pero no murió en el acto. Su curación atravesó varias vicisitudes, hasta el punto de que casi un mes más tarde, el 1 de junio de 1883, su estado de salud de agrava seriamente, hasta el punto de que hubo que amputarle la pierna herida. A pesar de tanto sufrimiento y postración, este modesto torero cordobés no logra vencer a la muerte, que le llegó ese mismo día a las once de la noche. Tenía 22 años cuando murió. Es verdad que no fue un torero importante. Fue un torero de “plata”, pero en Córdoba aun se le recuerda, pues con su muerte engrandeció la historia gloriosa de la Tauromaquia cordobesa.
“La Pasera” hizo su presentación en Madrid en la cuadrilla de Manuel Fuentes “Bocanegra”, pasando mas tarde a la cuadrilla de ”Lagartijo”. Su tarde trágica fue un 6 de mayo de 1883 en una corrida lidiada en Barcelona, con toros de don Juan Antonio Mazpule. El tercer toro llamado “Garabato”, un retinto claro, salió con gran bravura al redondel. Dicen las crónicas de la época que el toro necesitó tomar al menos ocho varas por parte de los picadores “El Dientes”, “Manolo” y “Matacán”.
“La Pasera” actuaba ese día de “cachetero”. Fue a la salida del caballo, cuando el banderillero cordobés hizo un quite al toro y le echó el capote a “Garabato”. El toro le apretó lo suyo hasta la misma barrera. Vamos que hizo hilo con él. “La Pasera” se dio cuenta del apuro y saltó con decisión la barrea y una vez dentro de ella pensó que estaba seguro y se relajó. Lo que no pudo imaginar es que “Garabato” hizo hilo tras él, y también saltó al callejón, donde logró engancharlo con los pitones y le propinó una gran cornada en la articulación tibiofemoral izquierda calificada minutos más tarde en la enfermería como “cogida gravísima”.
“La Pasera” quedó gravemente herido pero no murió en el acto. Su curación atravesó varias vicisitudes, hasta el punto de que casi un mes más tarde, el 1 de junio de 1883, su estado de salud de agrava seriamente, hasta el punto de que hubo que amputarle la pierna herida. A pesar de tanto sufrimiento y postración, este modesto torero cordobés no logra vencer a la muerte, que le llegó ese mismo día a las once de la noche. Tenía 22 años cuando murió. Es verdad que no fue un torero importante. Fue un torero de “plata”, pero en Córdoba aun se le recuerda, pues con su muerte engrandeció la historia gloriosa de la Tauromaquia cordobesa.
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