A nuestros lectores...

Mano a Mano se ha enriquecido, hoy presentamos gustosos a nuestra nueva pluma: Pedro Julio Jiménez Villaseñor, esperamos que sea de su agrado y lo disfruten tanto como nosotros.



Un olé para todos.



Pasifae y El Zubi

domingo, 7 de febrero de 2010

“MANOLETE”, EL PASODOBLE.

Por Pedro Julio Jimenez Villaseñor

Pedro Orozco González, fallecido en abril de 1989, a los 78 años de edad, y José Ramos Celares, quien muriera en enero de 1973, fueron los autores de del pasodoble en homenaje a Manuel Rodríguez Sánchez, “Manolete”, y es escuchado por vez primera un 19 de marzo de 1939.

Fue la tarde que en Córdoba se iniciaba la temporada de novilladas y tres jóvenes valores tomaban parte, ellos fueron, Rafael Álvarez “Gallito”, Luís Díez Espadas y Manuel Rodríguez Sánchez, “Manolete”.

En esa tarde el homenaje solo era formado por música, la letra vino posteriormente como nos damos cuenta al mencionar la tragedia de Linares, a continuación la misma.

PASODOBLE “MANOLETE”...

Suenan clarines, se adivinan faenas de ensueño. Un otro negro, retador sale inquieto a la plaza. Es una lucha donde el triunfo y la muerte se funden. Es en Linares donde el asta se clava en tu cuerpo. Allí, por tu gran corazón recibiste la gloria por gracia de Dios. “Manolete”, “Manolete”, en la tierra de los califas gran torero, llevas sangre de valiente y te aplaude por tu arte el mundo entero. De “Guerrita” y “Machaquito”, eres honra y tradición, de tu tierra cordobesa, tú serás el mejor galardón. “Manolete”, “Manolete”, vive ardiente tu recuerdo en la afición y el ejemplo de tu muerte tiene el eco de tus tardes de valor. “Manolete”, “Manolete”, sangre, llanto y emoción, hoy tu tierra cordobesa te venera como te aplaudió...

A los cuatro meses de estrenando este pasodoble, el torero cordobés tomaría la alternativa día 2 de julio de 1939 en Sevilla, esto quiere decir que “Manolete”, desde novillero, caló hondamente en el animo de los aficionados que nunca le retiraron su admiración y hasta la fecha es un emblema respetado a 63 años de su muerte. Muy pocos toreros se podrán ufanar de haberse ganado ese reconocimiento.

No puedo dejar de mencionar la idolatría que México le profesaba y que aquí en Aguascalientes fue Ramón Ávila Salceda quien convirtió la casa paterna en un verdadero santuario en honor del hijo de doña Angustias y pasados los años, ya con una familia propia, sus descendientes conservan ese culto al tal grado que lugares faltan donde acomodar pinturas, fotografías y los documentos que han ido adquiriendo al paso de los años, hoy en buen resguardo de doña Martha Rivera... Nos Vemos.

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