Por Pedro Julio Jiménez Villaseñor
La primera de varias buenas sorpresas se dio con la entrada registrada en el centenario coso que lleva el nombre del barrio, “San Marcos”, casi lleno en sombra y arribita del cuarto en sol, tarde apacible sin viento y con excelente ambiente en los tendidos. La segunda es que vimos a un Gerardo Adame con actitud y a un francés que por momentos detiene el tiempo con esa valiosísima virtud del temple.
Los “Peñalba” permitieron mucho más de lo que esperábamos, aun no fueran una cosa para que las campanas repiquetearan, si acaso dejaron de tocar de manera fúnebre y eso solo por espacios muy cortos, alguna equivocación y fue todo. Seis novillos que parecían ser de diferentes casas, los seis disparejos de presentación y tipo. Si lo que se busca es ayudar a los muchachos esperemos no regrese este contextura de ganado, les hace mas mal que bien.
El primer espada, Oliver Godoy es un buen torero y parémosle de contar, tiene técnica, valor para estar delante del enemigo pero no se gusta a si mismo, no conecta con el pagano o le cuesta mucho trabajo hacerlo, no sabe venderse, además no es difícil adivinar que su temperatura emocional siempre anda muy debajo de los cero grados, un real iceberg capaz de hundir a cien “Titainc” al mismo tiempo. A pesar de todo el público quería divertirse y le llamó al tercio al terminar con el cuarto de la tarde. O mete el acelerador a fondo de inmediato o que se olvide de ser un torero importante.
El segundo espada, Gerardo Adame. Decíamos que es valiente, con actitud, con deseos de ser alguien importante en este difícil negocio pero tiene que controlar más ciertos impulsos, cogerles la distancia a los toros y no ahogarlos, me gusto mas en su primero, en el que le concedieron un apéndice, que en el quinto al que desorejo y sin embargo creo pudo, y debió estar mejor. Se ha llevado tres maromas de las que milagrosamente ha salido ileso, la verdad no tenían porque pegárselas de controlar sus impulsos, como quiera que lo veamos es de alabarle su disposición y creo sin duda alguna que de repetirlo, cosa segura, deberá de ser con algo mejor que lo lidiado hoy.
Debuto un galo, novillero del que poco habíamos escuchado, Thomas Dufau, alto, espigado, de afilada nariz, tez blanca y con un sentido del temple como hacia años no veíamos. Toreando con ritmo y acompañando con la cintura, haciendo el toreo que gusta en México y siento es correcta su reaparición el próximo domingo. De haber acertado con la espada, la oreja de su primero se hubiera ido a Francia pero esta perdido con el acero.
Debemos de resaltar que Aguascalientes tiene a un aspirante a subalterno que correctamente puede pasar su examen en estos momentos si así se lo ofrecieran, Edgar Camacho que saludó desde los tercios en dos ocasiones.
Buen balance como quiera que sea, la actitud de Gerardo, la clase del francés y el quehacer de Camacho. El domingo anuncia la empresa a Fernando Labastida, a Jorge Didier y como decíamos la repetición de Thomas Dufau.
Los “Peñalba” permitieron mucho más de lo que esperábamos, aun no fueran una cosa para que las campanas repiquetearan, si acaso dejaron de tocar de manera fúnebre y eso solo por espacios muy cortos, alguna equivocación y fue todo. Seis novillos que parecían ser de diferentes casas, los seis disparejos de presentación y tipo. Si lo que se busca es ayudar a los muchachos esperemos no regrese este contextura de ganado, les hace mas mal que bien.
El primer espada, Oliver Godoy es un buen torero y parémosle de contar, tiene técnica, valor para estar delante del enemigo pero no se gusta a si mismo, no conecta con el pagano o le cuesta mucho trabajo hacerlo, no sabe venderse, además no es difícil adivinar que su temperatura emocional siempre anda muy debajo de los cero grados, un real iceberg capaz de hundir a cien “Titainc” al mismo tiempo. A pesar de todo el público quería divertirse y le llamó al tercio al terminar con el cuarto de la tarde. O mete el acelerador a fondo de inmediato o que se olvide de ser un torero importante.
El segundo espada, Gerardo Adame. Decíamos que es valiente, con actitud, con deseos de ser alguien importante en este difícil negocio pero tiene que controlar más ciertos impulsos, cogerles la distancia a los toros y no ahogarlos, me gusto mas en su primero, en el que le concedieron un apéndice, que en el quinto al que desorejo y sin embargo creo pudo, y debió estar mejor. Se ha llevado tres maromas de las que milagrosamente ha salido ileso, la verdad no tenían porque pegárselas de controlar sus impulsos, como quiera que lo veamos es de alabarle su disposición y creo sin duda alguna que de repetirlo, cosa segura, deberá de ser con algo mejor que lo lidiado hoy.
Debuto un galo, novillero del que poco habíamos escuchado, Thomas Dufau, alto, espigado, de afilada nariz, tez blanca y con un sentido del temple como hacia años no veíamos. Toreando con ritmo y acompañando con la cintura, haciendo el toreo que gusta en México y siento es correcta su reaparición el próximo domingo. De haber acertado con la espada, la oreja de su primero se hubiera ido a Francia pero esta perdido con el acero.
Debemos de resaltar que Aguascalientes tiene a un aspirante a subalterno que correctamente puede pasar su examen en estos momentos si así se lo ofrecieran, Edgar Camacho que saludó desde los tercios en dos ocasiones.
Buen balance como quiera que sea, la actitud de Gerardo, la clase del francés y el quehacer de Camacho. El domingo anuncia la empresa a Fernando Labastida, a Jorge Didier y como decíamos la repetición de Thomas Dufau.
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