Mientras la Plaza México celebra su 64° aniversario, el país que la cobija celebra su bicentenario como Nación independiente...
Es difícil saber con claridad qué pasa en La México, al inicio de esta temporada pensaba que era un asunto malinchista, luego vi unos destellos de chovinismo, pero hoy La México (su gente, sus villamelones, sus jueces y sus colados) mostraron su repertorio completo... incluso Murrieta cumplía o por lo menos hoy le apuntaron su primer cuarto de siglo como cronista taurino... y qué cronista ¡felicidades! ... El coso capitalino como en sus mejores tiempos estaba lleno y fue del letargo a la bronca y de regreso pasó a bañarse de arte y de olés...
Ortega sucumbió a los pitones de un toro poderoso, codicioso, tremendo, de los Encinos que arremetió sin contemplaciones por él desde las banderillas. Incluso vimos escabullirse a Rafa sin el glamour que siempre lo lleva al galleo fino. Eso fue la gota que derramó el vaso, el cuchillo que le soltó la soga a las fieras del tendido, que temblaron de rabia ante los pares falseados y la muleta en momentos vacilante, aunque más mandona que la de Castella a su segundo -que en realidad fue el quinto de la tarde- pero bueno, supongo que Europa tiene derechos de antigüedad, y el sexto, último de Rafael, terminó metiéndole el pitón entre la piel y la seda, ahí donde el miedo gesta la muerte, ahí en la entrepierna taurina... Algo descompuesto regresó al ruedo a finiquitar su tarde-noche, la gente se metió muy duro con él y con toda la dignidad se retiró a la enfermería, con las manos frías de tan vacías.
Castella vestido de violeta con un bordado que deja mucho en qué pensar, por aquello de que tenía -por lo menos la chaquetilla media docena de- estrellas de David... quién sabe que se traerá entre manos. Haciendo un lado esto del bordado peculiar en Sebastián, debo decirles que ese muchacho debería estar ahora mismo encerrado -ja, ja- en el "Torito" (separos del Ministerio Público) por incumplimiento del contrato y desacato a la autoridad; porque no debemos olvidar que a ese juez lo pone la autoridad para ser de este modo sea representada.
LA RECHIFLA
Resultó que los ánimos se fueron calentando porque no más los toros no salían buenos, los toreros no llegaban a reventar al tendido, bueno dizque no pasaba NADA... y para la segunda parte de la corrida a Castella le rechiflan la salida de su segundo toro y pues es devuelto por "insipidez" de trapío.
Lo peor fue cuando de los reseñados como RESERVAS saltó al ruedo un SEÑOR TORO -ganado marcado como "puro" de LOS ENCINOS- que mereció arrastre lento con todo y el sombrero de charro...
Nota: El Ganadero (Martínez Urquidi) se disculpó ante los medios por llevar a la Plaza México en pleno aniversario un perro engordado y agradeció que se hubiese reconocido la calidad del reserva, que, aseguró, fue no-seleccionado por los mismísimos toreros.
Luego sobre vino la bronca con Ortega...
Hasta ahí todo iba normal, digo. La temporada se ha caracterizado por el montón de toros devueltos, las broncas malinchistas o chovinistas y los puntazos por tanto arrimarse ante toros complicados.
LA DIFERENCIA
El segundo toro de Castella -la reserva- a mi parecer fue desperdiciado por Castella, pues evidentemente era un TORO BRAVO, arrinconó al del castoreño con fiereza, era codicioso y noble, pero Castella quería un mansurrón al que pudiera ponersele en frente sin peligro... este torito no le concedió ni un centímetro. Tuvo trapío, linda pinta (cárdeno, coletero, bragado, meano, capirote -con la cabeza y cuello de color marcadamente distinto al resto, en este caso negra) y fina cornamenta. Pero Castella como que no se acomodó del todo y se le veía apresurado en cada una de sus tandas. Lo peor fue que la estocada defectuosísima, caída y algo perpendicular que provocó una fuerte hemorragia al burel quien vendió cara su muerte, dejando a su paso un río de sangre; cosa por la que el tendido se llenó de abucheos contra el torero y "toro, toro" para el ganadero.
LA BRONCA
Estaba yo desde la comodidad de mi cuarto esperando la salida del último de la tarde, salió, lo picaron, y de tan humillado que iba... ay no!!!! la vuelta de campana: una mano fracturada... el toro así como así quedó inutilizado. Castella ya estaba también medio enojado. La gente entre decepcionada y ruidosa se resignó a otra reserva, pero esta vez no salió un señor toro sino un toro perro, esta vez de Los Ébanos. Y comenzó la bronca. La gente vio entre insultos, gritos y demás cómo el perrillo aquel era bien picado. ¿Qué hizo el toro para que le faltaran al respeto? Tras la puya, los cojines en tormenta. Como en los viejos tiempos, como con el Ave de las tempestades (Garza) quien así lloviéndole cojines salía al ruedo a cumplir como hombre, como torero. Castella no. Desde la tronera en una pose poco varonil: codo derecho en la tronera, pierna cruzada, mano izquierda en la cintura. Sí, así "con la mano en la cintura" -literal- esperaba a que !LEVANTARAN TODOS LOS COJINES! .... válgame...
Y mientras, llegaba la ambulancia de Rafael.
Una pena de verdad, en ese momento pensé, ese tipejo no vuelve a pisar México, pues se negaba, aún con los avisos desde el palco de la autoridad, a salir al ruedo a matar a su toro. Que bien o mal, feo o bonito debía ser dignamente sacrificado. Pero no, Castella no avanzó hasta no ver salir el toro de regalo que anunció durante la granizada de cojines. Yo estaba indignada, ahora resulta que no hay respeto por la reglas del juego. Total que el francesito hizo cuánto quiso.
EL ÚLTIMO TORO
Entre creerlo y no. Es cierto, la Plaza en esta fecha está secuestrada por villamelones y sus compadres los colados. Pero si bien es eso cierto también lo es que si el toreo es hondo, terso, límpido como precisamente fue esta mañana el cielo de mi tierra luego de que ayer no parara de llover, y además la personalidad del torero permaneciera como un ídolo de piedra ante la tremenda audiencia, así intocable, inpecable, bueno pues pasa que es posible darle una vuelta a la página y escribir en la historia que hoy 5 de febrero de 2010 Sebastián Castella convirtió los proyectiles blandos en aplausos, oooooles! y en un recuerdo lejano a la bronca que se consiguió con todos.
Capote suave, muleta mandona, aunque es preciso decir que el toro era menos peligroso y que no fue tan bueno como el 5° o el 6°. La Plaza agonizaba de tanto placer estético... y de repente era muy concesiva, más con el excesivo uso del pico de la muleta que planteba Sebastián. Ni hablar, ya era mucha bronca. Pero se fue sin nada, porque otra vez la estocada no fue certera y sus descabellos fueron muchos.
¿Qué aprendimos? Pues que los extranjeros tienen más poder que el gobierno capitalino, así "con la mano en la cintura" se pueden negar a cumplir con sus contratos y encima de ello decir al micrófono abierto que "aquí no pasa nada"... ¿que no pasa nada? Pero hombre! que pasó de todo... de todo... y en pleno aniversario no sólo de la plaza o de Murrieta sino dentro de los festejos del BICENTENARIO de la Independencia de nuestro país... imagínese señor lector nosotros festejando la emancipación y el niño burlándose de nuestras autoridades y de los buenos aficionados que casi se le van encima cuando estaba en la tronera... ¡caray! Nunca me había tocado una bronca así... con un final tan intenso y lleno de arte.
Rafael salió en ambulancia, al parecer con una cornada de tres trayectorias, la verdad es que no estoy muy segura de eso pero es lo que se dice en los titulares...
Al final no creo que Castella se haya puesto de parte de la indignación de la gente, porque él ha toreado perros más flacos en esta misma plaza, incluso lo del 5° podría confirmarlo, NO le entró a un toro bravo... pero bueno. Su imagen medio maricona se me ha quedado grabada en la memoria, codo derecho en tronera, mano izquierda en plena cintura, cara de me vale ma"%$$$$$!!!! y el ruedo lleno, lleno de cojines...
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