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Pasifae y El Zubi

sábado, 13 de febrero de 2010

CONCHITA CINTRON ESCRIBIO CON LETRAS DE ORO SU NOMBRE EN LA HISTORIA DE LA TAUROMAQUIA


Por El Zubi

Tras la prohibición del toreo a pie a las mujeres en España a partir de 1940, surge esa etapa que en la historia de la tauromaquia se ha llamado “la edad de oro del rejoneo femenino”, época en la aparece la gigantesca figura del toreo Conchita Cintrón. Torera de nacionalidad peruana, es sin duda una de las grandes figuras del toreo no sólo femenino sino del toreo en general. Esta “Diosa Rubia” como la llamaban en su época, ha sido sin duda, junto a la madrileña Juanita Cruz, una de las figuras mas señeras de la historia del toreo femenino. En España se la conocía como rejoneadora, que era excepcional, pero ella aquí se sentía frustrada por no haber podido realizarse completamente como torera de a pié, como lo hizo muchas veces en México, Perú, Ecuador, Francia, Portugal, EEUU y Norte de África. Hasta Juan Belmonte cuando la vio torear en un tentadero en su finca de Sevilla dijo: “si yo mandara en el toreo, usted Conchita toreaba a pie el domingo que viene”. A pie en España solo toreo una vez en público junto a Antonio Ordóñez y Manolo Vázquez el día de su despedida en la Plaza de Toros de Jaén.
Su verdadero nombre era Concepción Cintrón Verrill, y nació en Antofagasta (Chile) el 9 de agosto de 1922 y siendo muy pequeña de trasladó junto con su familia a vivir a Perú. Desde muy niña se aficionó a los caballos y comenzó a practicar la equitación. En esto tuvo de maestro al portugués Ruy da Cámara. Pero en el toreo a pie su maestro fue el torero español ya retirado Diego Mazquiarán “Fortuna” que se hizo celebre en su día por matar a un toro escapado de un camión, en plena Gran Vía de Madrid, un 23 de agosto de 1928. En aquellos años “Fortuna” se había instalado en Perú, y allí permaneció hasta su muerte. El se ocupó de la formación dela muchacha. Al parecer se volvió loco en sus últimos años de vida. Desde su presentación como rejoneadora en la Plaza de Acho de Lima en 1937 y como novillera en 1938 cosechó éxitos por toda América (tenia entonces 15 años). Su fama y popularidad conquistó el continente americano, pues cada actuación era un clamoroso éxito y se le consideraba, ya tan joven, como un verdadero ídolo de masas. Debido a su inmensa popularidad fue contratada para protagonizar la película “Maravilla del toreo” junto al matador de toros mexicano Pepe Ortiz, que resultó como no, también un rotundo éxito en taquilla. Toreó 16 veces a pie en la Plaza del Toreo de México y sumo 189 actuaciones en el país azteca.
Conchita Cintrón sufrió varios percances graves a lo largo de su carrera, pero todos los superó con su valor: como el acaecido en Guadalajara (México) el 6 de marzo de 1940. Al dar un pase afarolado al toro “Chiclanero” de la ganadería de Julián Llaguno, se llevó una cornada de 15 centímetros en el muslo derecho. Herida y todo siguió toreando y mató a su enemigo de una espectacular estocada, pasando mas tarde a la enfermería con las orejas y rabo en la mano. Cuando se recuperaba en el Hospital de su herida declaró a la prensa: “cuando fui a curarme a la enfermería, iba contentísima, porque ya sabía lo que dolía una cornada”. En abril de 1944 recibe otra fuerte cornada en Bogotá, esta vez en el muslo izquierdo.
Fue en el verano de 1944 cuando la Cintrón se decide a cruzar el charco y viaja a Europa, donde torea hasta 1948 en Portugal, España y Francia (sólo en España se le prohíbe hacerlo a pie). Debuta a caballo en la Maestranza de Sevilla en la Feria de Abril de 1945 y en mayo en Madrid dejando impresionados a la afición. Toreó ese año en España 38 corridas y 48 en 1946, sumando 124 festejos los lidiados en su campaña europea. En España, su apoderado fue Marcial Lalanda. Entre los años 49 y 50 actúa en España, Francia y Portugal un total de 40 corridas.
Conchita Cintrón toreó a lo largo de su carrera 750 corridas de toros. Se retiró de los ruedos y se estableció en Lisboa donde en 1950 figura como ganadera de reses bravas con procedencia de Pinto Barreiro. Reapareció a caballo en 1991 en Nimes un 21 de septiembre para darle la alternativa a la joven rejoneadora María Sara en presencia de Manuel Vidrié. Aquel día Conchita Cintrón demostró su clase, su estilo y habilidad ecuestre y contaba con 69 años nada menos. Esta mujer fue realmente única. No tomó nunca la alternativa como torero a pie por no vestir nunca de luces, ni falta que le hizo. Impresionó a todo el mundo con su gentil personalidad, su gracia femenina en el ruedo y su gran estilo montando y toreando a pie. Su memoria como torera ha sido y es el espejo donde se miran aun muchos toreros. El poeta español Gerardo Diego la llamó con toda la razón: “Conchita Excepción”. Murió en el año 2008 en Lisboa en su finca.

1 comentario:

  1. En realidad, Conchita Cintrón se llamaba Consuelo, no Concepción.
    Le pusieron así, "por ser el consuelo que Dios le dio -a su madre- tras el dolor de haber perdido a su primer hijo." Así lo pone la Diosa Rubia del Toreo en su libro "Aprendiendo a Vivir".

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