Miércoles 14 de abril. 6ª de Feria. Plaza de la Maestranza: media entrada, con tarde lluviosa. Se lidiaron 6 toros de la ganadería del Torreón (con encaste Domecq) y un sobrero del Conde de la Maza al romperse un pitón el cuarto de la tarde. Corrida bien presentada aunque muy falta de fuerza. Abrieron plaza: Antonio Barrera (aplausos y aplausos), Luis Bolívar (aplausos y silencio) y Salvador Cortés (aplausos y silencio).
Por El Zubi
Volvemos al problema de muchas otras veces de la Fiesta: la falta de fuerza de los toros con encaste Domecq. Una sangre que se encuentra ya en el noventa por ciento de las ganaderías españolas y que a pesar de que digan que son toros para que triunfen los toreros, yo pienso que esa es la autentica lacra de la Fiesta en España desde hace años. Es verdad que la corrida estuvo cuidadosamente presentada por el maestro Cesar Rincón, ahora ganadero, pero a pesar de la presencia de los toros y de los “leños” enormes que portaban, un toro tiene que tener fuerza y motor para llegar a la muleta y mostrar su bravura y su nobleza. Pero ninguno de ellos tuvo esa virtud, excepto el cuarto de la tarde de nombre “Trajeazul” un colorado de 569 kilos que nunca sabremos que juego podría haber dado, pues fue devuelto a los corrales al partirse el pitón derecho desde la mazorca, al derrotar a la salida contra las tablas. Es mas, el primer toro del lote de Antonio barrera fue manso y descastado, aunque de salida se mostró bravucón y mentiroso, hasta que fue a la muleta. Allí se vencía por el pitón derecho hasta que se vino abajo, se rajó y “cantó la gallina” mostrando lo que tenía…que era manso y descastado. Lo despachó con una gran estocada. Este toro lo brindó Antonio Barrera a su padre que murió anoche y que será enterrado mañana. Aun y así, estando su padre de cuerpo presente, el torero sevillano estuvo a la altura, cumplió con la afición y acudió a su cita en la Maestranza. El segundo de su lote, un sobrero del Conde de la Maza, tuvo muy poca fuerza y también muy malas ideas, pues no humilló nunca, dando continuos derrotes como si quisiera quitarle la cartera al torero. Lo mató de media estocada y dos descabellos.
Menos suerte aun tuvo el colombiano Luis Bolívar, que estuvo toda la tarde vagando como un alma en pena por la plaza si encontrase. Desaprovecho las buenas cualidades de su primer toro, de nombre “calentura” (568 kilos), un colorado ojo de perdiz que estuvo por encima del torero. Bolívar no supo acoplarse al ritmo del toro y hubo y clamoroso desencuentro entre toro y torero. Lo despacho de una buena estocada y recibió tibios aplausos. El segundo de su lote fue un toro con peligro y dificultades que hizo dudar continuamente a Bolivar, que sin duda tiene perdido el sitio. Le dio tres mantazos y se fue por la espada. Fue un toro al que podía haberle sacado algo de provecho si hubiese sabido o podido, que nunca se podrá saber, pues es normal que un toro te mite y te mida, pero para eso tienen los toreros la muleta, para domeñarlo y meterlo en el canasto y Luis Bolívar no supo hacerlo. Se deshizo de la molestia con media estocada, que fue premiada por el público sevillano con un clamoroso silencio.
Hoy en dia, en casi cada plaza de Francia o de España, todos los bovidos, cabras, perri-toros, ademàs de ser afeitados, sufrèn de debilidad, hasta la invalidez: la falta a la morucheria Domec.
ResponderEliminarY tambièn a las empresas, al mundillo mercantil, a las figuras y figuritas, todos responsables de la proxima muerte de la corrida.
¡ Que pena, de verlos todos de tàl manera ciegos !
Un saludo de Pedrito