Por Pedro Julio Jiménz Villaseñor
1º de mayo de 2010... A las doce de este medio día abandonó las instalaciones del hospital Hidalgo José Tomás Román Martín.
Por supuesto que lo hizo en silla de ruedas y muy demacrado, cansado, no era para menos con los días que paso teniendo a la muerte a su lado la cual venció gracias a la ayuda de su nueva cuadrilla, los médicos de plaza que a pesar de los pesares y de tanta distorsionada información sobre la calidad de la enfermería salio adelante. Su salida tan pronta calló bocas mal intencionadas.
Enhorabuena para todos aquellos que participaron en la atención al torero caído, no tardaran los reconocimientos a ellos pero creo que el mejor es tal cual debe de ser, el haber salvado una vida. Un abrazo por igual al excelente grupo, ahí no hay un héroe, los son todos.
Gracias Dn. Pedro, bien dicho. Vi el video del maestro al salir del hospital Hidalgo donde leyó ahí mismo su discurso de agradecimiento --palabras del corazón de un torero sincero. En efecto, ahora lleva sangre hidrocálida y sobre todo, el cariño del pueblo de Aguascalientes y, de hecho, de la República Mexicana entera. // Sí, los que quedan flojos y desmentidos son aquellos que intentaron (por vanagloria o por inocente ignorancia) poner en tela de juicio lo de la enfermería de la plaza. Eso al fin de cuentas será sólo en favor de la enfermería misma que indudablemente continuará actualizándose y mejorando su condición y capacidad. Pero se reitera la calidad humana y científica de los médicos, de todos los héroes como Vd. bien dice. ¡Viva Aguascalientes! ¡Viva México! ¡Viva España! ¡Viva la fiesta de los toros! ¡Viva José Tomáaaaaas! // Atte., Torotino
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