Por Rafael GONZALEZ ZUBIETA
Sevilla. Martes 26 de abril. 2ª de Feria. Plaza de la Maestranza: tres cuartos de entrada.Tarde calurosa y sin viento. Se lidiaron 6 toros de la ganadería de Dolores Aguirre, mas un sobrero. La corrida estuvo bien presentada pero fue mansa, descastada y sin clase. Abrieron plaza: Antonio Barrera (ovación y un aviso y ovación y un aviso). Salvador Cortés (silencio y silencio) y Alberto Aguilar que debutaba en el coso del Baratillo (ovación y silencio).Presidió el festejo Julián Salguero Villadiego.
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La semana torista de la Feria de Abril sevillana ha comenzado bastante mal en los dos días que han transcurrido. Esta es la semana en la que los aficionados de verdad esperan ver toros encastados y bravos que infundan emoción y miedo en el público, toros que no se prestan para los figuras del toreo que en la siguiente semana llamada de “farolillos”, se lucirán con toros facilones y carrileros ante el glamour de la sociedad sevillana y las bellas mujeres que se exponen en los tendidos del Baratillo. Si el lunes defraudaron los toros del Conde de la Maza, lo de ayer fue para echarse a llorar, ya que el encierro de Dolores Aguirre no solo defraudó al respetable sino que debió de avergonzar a la propia ganadera bilbaína que estaba en los tendidos de sombra. Se lidiaron siete toros, pues el sexto fue devuelto por inválido, pero es que los siete cornúpetas que salieron por toriles se mostraron entre alimañas y mansos pregonaos, sobre todo el primero y el sexto que fueron directamente a echarle mano a los toreros.
Destacar la actuación del torero sevillano Antonio Barrera que plantó cara haciendo un esfuerzo increíble ante sus dos toros que tuvieron un comportamiento similar ante los engaños, pues regateaban tanto a la capa como a la muleta, que se volvía en una cuarta. El primero quedó como tontón tras el caballo, pero ante la valentía del torero sólo daba gañafones, tornillazos que en mas de una ocasión pusieron en peligro la integridad de Barrera. El segundo fue aun peor y de mas mérito la actitud del torero, pues el toro lo miraba constantemente sabiendo que tras el trapo estaba el hombre y ... hacia por él.
Peor suerte aun tuvo el sevillano de Mairena del Aljarafe, Salvador Cortés, pues en su primero no pudo hacer nada ya que el toro se lesionó de salida y fue tal el empecinamiento del presidente por no devolver al inválido que consiguió enfadar al público hasta el extremo que desde los tendidos de sombra le gritaron: “Presidente eres mas malo que Zapatero...”, expresión que ante el aburrimiento de la tarde levantó los ánimos de muchos que ya bostezaban desesperados. La cuestión es que Salvador Cortés a pesar de su disposición a triunfar ante los suyos se estrelló ante el muro de la nada. El presidente fue muy bronqueado cuando arrastraban al animalito. El segundo de su lote, un negro burraco de nombre Carafeo, prometía de salida pues el mairenero logró darle buenos lances a la verónica, pero en la muleta no es que no embistiera es que al segundo pase se echó a descansar en el centro del ruedo pues no estaba para nada, enajenado por completo pensando que el dorado albero del coso del Baratillo eran las verdes dehesas de la finca de Constantina donde el pobre se crió junto a su madre “Carafea” y donde pasó cinco años de su vida. Un toro sin fuerza y manso de solemnidad... tanto que llevar un toro de estos a una plaza de primera es como un insulto al respetable...
El madrileño Alberto Aguilar hizo el paseíllo desmonterado pues debutaba en la Maestranza. Traía una ilusión enorme que se disipó a las pocas horas, pues se encontró frente a un lote de dos toros imposibles. El primero de ellos fue un toro “zorrón” con mucho peligro. Un toro muy mirón que buscaba los tobillos del torero a la salida del encuentro manteniendo un comportamiento muy irregular. Peor fueron las cosas en su segundo un negro bragao meano de nombre Cigarrero, que fue devuelto a los corrales por un presidente ya influenciado por las críticas de los tendidos, por “malandao” y por su comportamiento descoordinado y extraño ante todo cuanto se movía. Todos pensábamos que el sobrero de Dolores Aguirre nos haría olvidar el mal trago, pero caray!...que era un clon de su hermano de camada. Tuvo mérito el joven Aguilar pues mantuvo el tipo y la dignidad torera ante el morlaco que pasará a los anales de la mansedumbre y de la falta de casta y bravura. Murió de un merecido bajonazo, pues ante bicho de tamañas características no había otra manera de despacharlo. En fin... una corrida para olvidar y también para hacer reflexionar a la ganadera Dolores Aguirre que a estas alturas estará pensando donde cometió el error en la selección de camadas como la que ayer se lidió en Sevilla.
Destacar la actuación del torero sevillano Antonio Barrera que plantó cara haciendo un esfuerzo increíble ante sus dos toros que tuvieron un comportamiento similar ante los engaños, pues regateaban tanto a la capa como a la muleta, que se volvía en una cuarta. El primero quedó como tontón tras el caballo, pero ante la valentía del torero sólo daba gañafones, tornillazos que en mas de una ocasión pusieron en peligro la integridad de Barrera. El segundo fue aun peor y de mas mérito la actitud del torero, pues el toro lo miraba constantemente sabiendo que tras el trapo estaba el hombre y ... hacia por él.
Peor suerte aun tuvo el sevillano de Mairena del Aljarafe, Salvador Cortés, pues en su primero no pudo hacer nada ya que el toro se lesionó de salida y fue tal el empecinamiento del presidente por no devolver al inválido que consiguió enfadar al público hasta el extremo que desde los tendidos de sombra le gritaron: “Presidente eres mas malo que Zapatero...”, expresión que ante el aburrimiento de la tarde levantó los ánimos de muchos que ya bostezaban desesperados. La cuestión es que Salvador Cortés a pesar de su disposición a triunfar ante los suyos se estrelló ante el muro de la nada. El presidente fue muy bronqueado cuando arrastraban al animalito. El segundo de su lote, un negro burraco de nombre Carafeo, prometía de salida pues el mairenero logró darle buenos lances a la verónica, pero en la muleta no es que no embistiera es que al segundo pase se echó a descansar en el centro del ruedo pues no estaba para nada, enajenado por completo pensando que el dorado albero del coso del Baratillo eran las verdes dehesas de la finca de Constantina donde el pobre se crió junto a su madre “Carafea” y donde pasó cinco años de su vida. Un toro sin fuerza y manso de solemnidad... tanto que llevar un toro de estos a una plaza de primera es como un insulto al respetable...
El madrileño Alberto Aguilar hizo el paseíllo desmonterado pues debutaba en la Maestranza. Traía una ilusión enorme que se disipó a las pocas horas, pues se encontró frente a un lote de dos toros imposibles. El primero de ellos fue un toro “zorrón” con mucho peligro. Un toro muy mirón que buscaba los tobillos del torero a la salida del encuentro manteniendo un comportamiento muy irregular. Peor fueron las cosas en su segundo un negro bragao meano de nombre Cigarrero, que fue devuelto a los corrales por un presidente ya influenciado por las críticas de los tendidos, por “malandao” y por su comportamiento descoordinado y extraño ante todo cuanto se movía. Todos pensábamos que el sobrero de Dolores Aguirre nos haría olvidar el mal trago, pero caray!...que era un clon de su hermano de camada. Tuvo mérito el joven Aguilar pues mantuvo el tipo y la dignidad torera ante el morlaco que pasará a los anales de la mansedumbre y de la falta de casta y bravura. Murió de un merecido bajonazo, pues ante bicho de tamañas características no había otra manera de despacharlo. En fin... una corrida para olvidar y también para hacer reflexionar a la ganadera Dolores Aguirre que a estas alturas estará pensando donde cometió el error en la selección de camadas como la que ayer se lidió en Sevilla.
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